martes, 15 de febrero de 2011

OUIJA

A pesar de que habíamos llenado el pequeño cuarto de velas, la oscuridad casi era total. Los cirios proyectaban nuestras sombras deformadas sobre las paredes y objetos. Con serios rostros fuimos ocupando nuestras sillas alrededor de una mesa redonda. La habíamos colocado justo en el centro de la sala. Uno a uno nos fuimos sentando. 
    El silencio era total. Casi ni se oían las respiraciones. Las ventanas cerradas y las cortinas corridas no dejaban pasar el mas mínimo ruido desde el exterior. Sobre la mesa una ouija con un vaso invertido. Un vaso de cristal de Bohemia tallado finamente a mano. El mismo vaso utilizado en la tienda de antigüedades aquel fatídico día. De nuevo creí oir la voz de Obiajulu pidiéndome que abandonara. Nuestras manos derechas se levantaron estendiendo el dedo índice.Estos suavemente se fueron posando sobre el borde del vaso, muy levemente, sin apenas rozarlo, con mucho miedo, temblando ligeramente.
   Un chasquido se oyó en la penumbra. Nos sobresaltamos. Era el ruido del fuego del salón que se había colado por debajo de la puerta cerrada. Noté el calor de la sangre subiendo por mis mejillas. No estaba seguro de estar preparado para esto. Miré a los ojos de cada uno de mis amigos buscando ayuda pero no obtuve respuesta. 
   Nadie pronunció una palabra en los  minutos interminables que siguieron. El vaso comenzó a moverse lentamente. Primero tembló. Nadie se atrevía a articular palabra.
Matías se puso más pálido aún de lo que era normalmente. Sus ojos se inyectaron de sangre y arrancarón a decir: 
    - Hay alguien con nosotros?
El vaso súbitamente se dirigió al sí. E inmediatamente comenzó a girar por el centro del tablero a tal velocidad que se nos escapaba de los dedos. Después de dar más de diez vueltas salió disparado y se estrelló contra un figura de mármol situada en un rincón a mi derecha.
   El pánico se apoderó de nosotros y abandonamos nuestros puestos, de tal manera que alguna silla cayó sobre el desnudo suelo de madera. Mas calmados de nuevo nos sentamos a la mesa. Esta vez prescindimos de la ouija y del vaso hecho añicos. Cojidos de la mano volvimos a formar un círculo.

3 comentarios:

Jose Ramon Santana Vazquez dijo...

...traigo
sangre
de
la
tarde
herida
en
la
mano
y
una
vela
de
mi
corazón
para
invitarte
y
darte
este
alma
que
viene
para
compartir
contigo
tu
bello
blog
con
un
ramillete
de
oro
y
claveles
dentro...


desde mis
HORAS ROTAS
Y AULA DE PAZ


COMPARTIENDO ILUSION
MIS PEQUEÑOS CUENTOS

CON saludos de la luna al
reflejarse en el mar de la
poesía...




ESPERO SEAN DE VUESTRO AGRADO EL POST POETIZADO DE CHAPLIN MONOCULO NOMBRE DE LA ROSA, ALBATROS GLADIATOR, ACEBO CUMBRES BORRASCOSAS, ENEMIGO A LAS PUERTAS, CACHORRO, FANTASMA DE LA OPERA, BLADE RUUNER ,CHOCOLATE Y CREPUSCULO 1 Y2.

José
Ramón...

Vaquero Jack dijo...

Hola Juan,

Gracias, todo bello, te mando un abrazo.

VJ

Vaquero Jack dijo...

Hola Juhan,

Gracias por tu visita, feliz año para ti tambien, y espero que este año estemos mas en contacto.

Fuertes abrazos,

VJ